-¿me estás hablando en serio?-
-si, jamás podría bromear con algo así, creo que lo mejor sería si mi vida acabara justo ahora-
-no digas eso ¿quién te crees tú? dices que porque haces todo mal, lastimas a la gente y eres infeliz ¡mereces morir! pues estás equivocado, que fácil sería acabar con todo de esa manera ¡te quieres ir por el camino más fácil! pero, escuchame bien ¡ese camino lo toman los cobardes! y podrás ser muchas cosas, pero no un cobarde. Es momento de que te enfrentes a tus errores, de que comiences a responsabilizarte por tus acciones. Ahora tu padre está mal, y me temo que con lo pasado con James su salud va a empeorar, ya sólo te tiene a ti, es tiempo de que pienses en los de más ¡suicidarse! ni se te ocurra seguir pensando en esas cosas, porque antes de que tú intentes hacerlo ¡primero te mato yo con mis propias manos! ¿me has escuchado?-
-Si Lee. Tienes razón, es el camino más fácil de tomar, pero no el correcto. Me haré cargo de mi padre, y haré las cosas bien ¡ya es momento de hacerlo!. Pero no me dejes solo, yo sé que no será fácil, necesitaré de tu ayuda, o de lo contrario no podré ¿me ayudarás?-
-claro que si, siempre lo he hecho, y ahora más que nunca-
-Sé que mis palabras no tienen valor pero, Lee te lo prometo ¡esta vez lo haré bien! ya no quiero dañar a nadie más ¡estoy tan arrepentido, y sé que de nada sirve! ayudame Lee, ayudame a vencer el mal ¡ya no quiero sentir el dolor que me ha acompañado toda mi vida! quiero sentirme libre ¡quiero ser un buen hombre!-
-lo serás, yo siempre he confiado en que así será, demuestramelo y vence la maldad ¡nunca pierdas las esperanzas!-
Pocas veces Drake necesitaba un abrazo, y en rara ocasión Lee lo llegó a hacer, pero ahora lo hizo, abrazó al chico y lo consoló por un buen rato. Después de eso Drake se sintió mucho mejor, aunque ya no podría sacarse de la cabeza el rostro de su hermano al estar frente a su madre, y la mirada que tenía la última vez que lo vio. El daño que le causó a James jamás podría remediarse, su hermano no sería el mismo nunca más, eso si es que regresaba de la guerra, ya que muchos morían en ella.
Cómo lo dijo Drake, él comenzó a cambiar, se esforzaba por hacer bien todas las cosas, por no cometer errores, por no volver a lastimar a nadie, y sobre todo por cuidar de su padre. Adam pasaba casi todo el día dormido, por las mañanas mientras Drake estaba en la escuela Lee cuidaba de él, más tarde Drake lo cuidaba.
Pasaron varias semanas, y durante ellas sólo habían recibido una carta de James, algo corto, sólo le decía a Adam que estaba bien y que no se preocuparan por él, que estaría escribiendo cada vez que tuviera tiempo. Sin embargo sólo una vez habían tenido noticias del rubio. Lee se sentía muy solo, pues Valeria siempre estaba para hacerle compañía, incluso cuando James estaba en la universidad, ella iba aunque no tan seguido, desde que James se fue ella no había ido a su casa. Lee le pidió a Drake que buscara a la chica y que le pidiera que fuera a visitarlo, pues la extrañana mucho. Aunque varias veces la miraba entre las clases, Drake no podía hablarle pues ella se daba la vuelta, lo evadía, por alguna razón no quería verlo, y él pensaba que era por que lo culpaba con lo pasado con su novio, aunque ella no supiera que en realidad si era el culpable.
-En verdad lo he intentado, pero ella no se acerca a mi, si me mira se da la vuelta ¿que quieres que haga?-
-si se da la vuelta, entonces siguela hasta donde vaya. Drake, necesito verla, para mi todo esto también ha sido muy difícil, y esa niña es la única que logra entenderme, que me hace sentir bien ¡por favor has que venga!
-está bien, la buscaré y hablaré con ella mañana mismo, no sé que haré, pero ella vendrá. Ahora no dejes de cuidar a mi padre, sabes que tengo que quedarme después de clases a ensayar para el desfile en honor a los soldados de guerra, pero en cuanto salga regreso a casa-
-tú ve tranquilo, yo cuido bien a tu padre-
Al día siguiente Drake miró a Valeria, y cómo era ya su costumbre, pensó que ella se daría la vuelta, pero no, se quedó ahí parada, lo observó por un momento y luego cruzó los brazos, miró que él se acercaba y esta vez ella se quedó.
-¿esta vez no huyes?-
-yo no huyo de ti, te lo repito, cuando estás molesto lo mejor es alejarme, y siempre que me miras lo estás, por eso me doy la vuelta-
-no sé cómo lo puedes notar ¿cómo lo haces?-
-pues tu mirada lo dice todo, y tu forma de pararte, no pareces estarlo pero tus ojos me dicen lo contrario-
-me conoces bien, es verdad que siempre estoy molesto-
-y ahora no lo estás, por eso no me fui-
-no, ya no estoy molesto. Primero lo estaba porque no querías hablar conmigo y eso me molestaba y otras cosas más, pero ayer hable con Lee y creo que olvidé mi molestía. Él quiere que vayas a casa a visitarlo ¿por qué ya no vas?-
-toma, abre mi libreta en la última hoja-
-¿para que?-
-sólo abrela-
-es una carta de James. -Querida Valeria, me temo que no soy tan bueno para ti cómo lo creía, mi madre está viva, y es una prostituta y dueña de un burdel en Monterey, no te merezco. Lo mejor que puedo hacer es alejarme, ir a la guerra y tratar de hacer el bien por mi país, solo así tal vez Dios perdone los pecados de mi madre, y los mios propios. Por favor no vayas a visitar a mi padre. Te quiero. James-
-Pues ya lo sabes ¡por eso se fue!-
-no entiendo bien cómo pasó, pero adivino que tú tuviste que ver en todo esto-
-y ¿no estás enojada conmigo por haberlo hecho?-
-no soy nadie para juzgarte. Me gustaría que hablaramos bien de esto, pero tienes que ir al ensayo-
-mañana no habrá ensayo, podemos vernos a la salida, tal vez te puedo acompañar hasta tu casa y cargar tus libros-
-me parece bien. Y dile a Lee que en cuanto pueda iré a visitarlo-
-muy bien ¡nos vemos mañana!-
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