Drake
durmió por mucho tiempo, y cuando despertó era ya casi la hora de la
comida. Se dio un baño y bajó para comer, en la sala se encontró con
James y Adam juntos y felices. Se detuvo detrás de las escaleras, y sólo
miraba y escuchaba atento lo que pasaba frente a él.
-James,
me alegra tanto que estés estudiando la universidad hijo ¡tú te
encargarás del rancho cuando ya no esté! harás que sea el más productivo
de Salinas-
-yo
sólo me encargaré de la administración del rancho, pero de hacerlo
productivo se encaragará Drake, padre. Ya sabes que yo de sembrar no sé
mucho, y mi hermano lo sabe, además de que le gusta hacerlo-
-si,
pero yo no confío en Drake, sé que cómo siempre lo hará bien al
principio, pero luego se enfadará y dejará de ocuparse, si le dejo todo a
su cargo, nos dejará más pobres de lo que estamos ahora-
-pero creo que él merece una oportunidad de demostrar que puede, yo si confío en él-
-James
es que tú eres muy noble y todavía crees en las buenas intenciones,
pero no basta con tenerlas, y yo no creo que Drake logre hacerlo. Por
eso tú y sólo tú estarás a cargo del rancho ¡James tú eres mi único
orgullo! pocas cosas de las que se puede estar orgulloso he logrado,
pero sin duda el más grande motivo de mis orgullos eres tú-
-yo
no, no nada. Voy a ver si Drake se levantó ya, anoche no supe ni a que
hora llegó, pero viendo que sigue sin levantarse, seguro que volvió muy
tarde-
Al
mirar a James acercarse a las escaleras, Drake caminó rápidamente cómo
si viniera bajando apenas de ellas, pero claro estaba que había
escuchado todo, y esto ya no causaba más dolor, ya no podía sentir más,
ahora sólo sentía celos, envidia, coraje y mucho odio, odio por todo a
su alrededor. Y bien se dice que esos sentimientos juntos pueden
provocar los más terribles arrebatos de "locura"
-a Drake, ya iba a buscarte, que bueno que bajas porque ya casi está la comida-
-si, oye James ¿cuando regresas a la universidad?-
-el
domingo, pero me ire temprano para no llegar muy noche, todavía me
queda hoy y mañana. Por cierto hoy no fuiste a la escuela-
-no, es que no pasé buena noche y casi no pude dormir, supongo que me quedé dormido por la mañana-
-no
importa, nada malo pasará por un día que faltes, y mejor porque así
podemos ir a la feria a divertirnos un rato. Primero iré de visita a la
iglesia ¡tengo tantas ganas de pasar por ahí! y nos podemos ver más
tarde en la feria-
-no tengo muchas ganas de ir, no lo sé-
-no digas que no, no nos veremos en meses ¡pasemos este tiempo juntos!-
-pero Valeria irá contigo, no estaremos solos-
-no te preocupes, a ella no le molesta que vayas tú-
-no sé, ya veremos más tarde. Ahora tengo que salir, si es que me da tiempo iré, no te lo aseguro-
-bien, pero estaré esperando por ti cómo a eso de las ocho-
-está bien, ahora tengo que salir-
Adam que había escuchado todo, se acercó a Drake al mirar que estaba por salir, y lo llamó.
-pero ¿es que no vas a comer nada?-
-no padre, no tengo hambre, además tengo prisa-
-¿a donde vas? no desayunaste, y ¿no vas a comer?-
¡no puedo, tengo prisa! nos vemos luego-
-¡espera! sigues enojado conmigo por lo de anoche, por eso te vas, ¿es eso?-
-no padre, no puede ya ni siquiera estar enojado, eso ya no me importa, y no quiero hablar más sobre ese tema-
-No olvides que te esteremos esperando cómo a las ocho- Dijo James mientas Drake salía casi corriendo por la puerta, pero él no respondió ni miró atrás, sólo siguió su camino. Lo cierto es que no
tenía ningún lugar a donde ir, pero no soportaba estar más frente a esas
personas, que justo en ese momento odiaba con cada parte de su ser.
Todo el día dio vueltas por la calle, hasta que se encontró con una
chica mexicana que había conocido mientras recolectaban las lechugas. El
chico de pecas tenía mucha fama entre las mujeres, pues además de ser
guapo, era rudo y de carácter fuerte, motivos por los cuales le llovian
cantidades de chicas. Claro que ellas también deseaban pasar un buen
rato a su lado, ninguna lo buscaba porque en verdad le importara, y eso
él lo tenía claro pero no le importaba, nunca ninguna logró atraerle lo
sificiente, sólo eran chicas con las que podía pasar un buen rato y
olvidarse de los problemas, aunque jamás llegaban ni siquiera a intimar
un poco. Se pasó el resto de la tarde con aquella chica, y sin querer
llegaron a la feria. Ahí la estaban pasando bien, hasta que se hizo de
noche, y a lo lejos miró a Valeria, un hombre la molestaba. Drake
enseguida fue a su lado, dejando a la mexicana sola.
-ya le dije que no estoy sola, mi novio llegará en cualquier momento y no le gustará ver que me están molestando-
-eso dicen todas, seguro que vienes sola y con la intención de buscar compañía. No te hagas del rogar y ven conmigo-
Valeria
estaba muy asustada, no sabía que hacer, y deseaba que James apareciera
en ese momento, pero no llegaba. Sin embargo alguien más apareció
detrás de ella, la tomó del brazo, y con voz firme respondió.
-Hola Vareria, ya estoy aquí. ¿sucede algo con éste señor?-
Valeria
respiró aliviada al escuchar la voz de Drake a su lado. -No pasa nada,
es que el señor pensó que venía sola, pero ya le he dicho que no
era así, aunque no me creyó-
-oye
chico, no deberías de dejar que tu novia camine sola en estos lugares
de noche, no sabes que clases de tipos pueden aparecer por aquí y
aprovecharse-
-lo siento señor, no volverá a pasar-
El
hombre enseguida se fue, y en cuanto vio a una chica sola caminó detrás
de ella. Valeria abrazó a Drake con tango gusto y tranquilidad.
-¡Vaya esto jamás me había pasado! me alegro de que hayas aparecido-
-si,
sopongo que jamás has venido de noche, se encuentran muchos de esos
tipos molestando a las mujeres solas. James no debería de haberte dicho
que esperaras aquí-
-bueno,
yo le dije que estaba bien que nos vieramos en la feria, pero es que
llegue antes, quedamos de vernos a las ocho, y todavía falta media hora-
-así es, bueno pues ya que estamos aquí ¿vamos a jugar un rato?-
-está
bien, será mejor que quedarme parada esperando a tu hermano- Y
comenzaron a caminar por la feria, jugaron un poco, y platicaron.
-me alegra verte mucho mejor, en la mañana te mirabas tan mal, pero ahora estás muy animado-
-claro, ya no permitiré que nada ni nadie logre lastimarme-
-harás
bien, aunque tus palabras se escuchan tan frías, y tus ojos me dicen
que así será. Me da miedo cuando tu mirada es cómo la que tienes justo
ahora-
-¿que tiene mi mirada?-
-no lo sé, no podría responderte, pero da miedo-
-que cosas dices, olvidalo, mejor subamos a la rueda de la fortuna ¿o te da miedo?-
-miedo jaja, no ¿pero todavía nos dará tiempo antes de que llegue James? si no me mira en donde quedamos se enojará-
-yo creo que si, además estás conmigo, no debe de molestarse si él mismo me invitó-
-tienes razón ¡vamos a subirnos!-
Los
chicos caminaron hasta llegar a la rueda de la fortuna, y subieron. La
canastilla subía lento, y al llegar a arriba se quedaba un buen rato
ahí.
-te lo dije, no da miedo ¡aunque todo desde aquí arriba se ve tan pequeño! Drake, ¿puedo preguntarte algo?-
si, ¿que cosa?-
-esas chicas con las que tú sales, cómo esas recolesctoras, y la chica de ahí abajo...-
-¿cual chica de abajo?-
-¿crees que no la vi? no ha dejado de seguirnos desde que te paraste detrás de mi, ella venía contigo ¿no?-
-pues... ¿que ibas a preguntar sobre esas chicas?-
-si, verás, no sé cómo preguntarlo. ¿es verdad que no se les quiere de verdad? ¿que no se les toma en serio?-
-pues yo, pues. No- Dijo Drake algo apenado.
-no
me lo tomes a mal, no te molestes, pero he escuchado que ellas son
diferentes, que no les importa salir con muchos hombres y no buscan una
relación en serio. Si es así ¿por qué las frecuentas? será ¿por qué eres
malo?-
-¿¡es que para ti soy malo, eso crees?!-
-yo que sé, cómo ves no sé diferenciar lo bueno de lo malo. Yo no soy buena, o no tanto cómo yo quisiera-
-no entiendo ¿de que hablas?-
-pues creo que no soy lo suficientemente buena para James-
-¡de nuevo con lo mismo! ya te he dicho que tú eres la mujer perfecta para mi hermano-
-pero
no cómo yo quisiera, algunas veces creo que no lo merezco. Él siempre
está comparandome con su madre, quiere que yo sea cómo ella ¡no soy
perfecta! cometeré errores, y tengo miedo de hacerlo, quiero ser tan
buena cómo el quiere que sea, cómo él lo merece-
-él está equivicado con su forma de ver la vida, pero tú harás que se de cuenta-
-no
sabes cómo deseo que llegue el momento de casarnos y acabar con todas
esas dudas que tengo. Siempre que estamos juntos, y en sus cartas él
siempre me habla del amor tan grande que siente por mí, y de la manera
que lo dice suena tan maravilloso, pero ¿por qué yo no puedo sentirlo de
la manera que él lo siente? ¿por qué no veo el amor cómo lo ve James?-
¡es porque no lo merezco!-
-no digas eso, es normal tener dudas, pero te asuguro que él te las podrá aclarar-
-¿ en serio, tú crees que James me dará la solución?-
-pues, así debe de ser, eso creo-
-Dime Drake, ¿cómo son esas chicas?-
Drake
estaba nervioso ante las confesiones y preguntas de Valeria, no sabía
cómo responder, y permanecía pensativo y en silencio. Deseaba hacerla
sentir bien, pues ella se sentía culpable, temerosa y mala para James.
Drake miraba la angustía en sus ojos, lo nerviosa que estaba, aún sin
saber cual era la razón, pues de la misma manera él se sentía igual de
nervioso. Un impulso lo hizo actuar sin pensarlo, fue algo más grande
que sus fuerzas, y aunque su cabeza le decía que no debía de hacerlo, su
corazón le decía todo lo contrario. Mirando de frente a Valeria, y
teniéndola tan cerca, era imposible evitarlo. Dejó que ese impulso lo
guiara, y poco a poco se fue acercando a ella, y aunque luego parecía
alejarse un poco, ese impulso le acercaba nuevamente a Valeria, la chica no
se movía, permanecía quieta cómo esperando a que algo pasara, y aunque
deseaba apartarse, algo dentro de ella le impedía moverse. Drake no pudo
más, y lo hizo, se acercó tanto hasta que sus labios se juntaron con
los de Valeria. En se momento quería apartarse, pero no podía, besaba
lentamente los labios de aquella chica temblorosa, que de a poco fue
respondiendo aquel beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario