-antes de que la enfermera llegara te iba a decir que comieras algo, ya sabes, hay gente que usa cualquier pretexto para poder comer todo el tiempo-
-no tengo hambre-
-cómo quieras, come si así lo deseas o no-
-que bueno que no me obligas a comer, de ser así posiblemente habría vomitado. De esa manera mejor si como al menos un bocadillo-
-un bocadillo no, come algo bien-
-no me apetece otra cosa que un bocadillo, ¿todavía quedan panecillos de la mañana?-
-si, hay muchos en la panera-
-pues eso comeré-
El chico apenas si dio unas cuantas mordidas al pan, y dio unos sorbos a un té que había preparado Lee. La enfermera bajó por algo de comer, tómo panecillos, té, y luego regresó a cuidar a Adam.
Otro silencio se hizo presente, hasta que Lee preguntó.
-¿te ha dicho algo él?- Drake no dijo nada, solo asintío con la cabeza.
-es terrible, pero el médico tiene razón- Dijo Lee.
-uno puede soportar todo, en ese aspecto somo los animales más maravillosos-
-yo no- respondió Drake. -yo no, no puedo soportarlo, no yo no puedo- se repetía el chico con voz cansada y monótona.
-no seré capaz, tendré que, tendré que...
Lee lo detuvo antes de terminar esa frase, lo tomó fuerte por la muñeca, y muy molesto le dijo.
-calla sucio mocoso. Con todo lo que te rodea no te atrevas a sugerir semejante cosa ¿acaso crees que tu pena es más importante que la mía?-
-no es pena Lee, le he dicho la verdad, que yo maté a mi hermano, que soy un asesino ¡y él lo sabe!-
-¿lo ha dicho él? ¡dime!-
-no tuvo que hacerlo, sus ojos eran bastante elocuentes, su mirada me lo dijo todo. No puedo escapar, no hay lugar para mi en el mundo-
Lee suspiró, y soltó la presión de su mano. Le dijo con calma.
-Drake, su cerebro está afectado, lo que tú pudiste ver tal vez fueron solo las presiones ejercidas en la parte dañada de su cerebro, las que ejercen la visión ¿es que no te acuerdas que no podía ver bien? eso fue lo que tú viste, era la presión. Tú no puedes saber si te acusa o no, no lo sabes-
-me ha acusado ¡yo lo sé! me lo ha dicho con la mirada ¡me ha dicho que soy un asesino!-
-entonces te perdonará. ¡Te lo prometo!-
De nuevo la enfermera bajaba por café, Lee lo preparó y lo sirvió, ella volvió a la habitación. Ahí seguia Drake sentado, con la mirada perdida, Lee lo encontraba más ausente que nunca, y temía que no sería capaz de evitar que aquel joven tan atormentado terminara por hacer eso que le había insinuado. Entonces recordó que sólo había una persona el el mundo capaz de poder ayudar al chico lleno de culpas. Se paró frente a él, y con tono autoritario y firme le dijo. -Vete a buscar a Valeria ¡anda ya!-
Drake se levantó casi instintivamente, y salió trás la orden del chino para buscar a la chica. Eran más de las diez de la noche y Drake estaba parado frente a la puerta de los Bacon, oprimiendo el botón y esperando a que alguien abriera, luego de unos minutos la madrastra de Valeria abrió la puerta. La mujer no decía nada, lo miraba seria, hasta que él dijo.
-quiero ver a Valeria-
-¿que dices?-
-que quiero ver a Valeria-
-imposible, ella ya se fue a acostar-
-¡le digo que quiero ver a Valaria!- gritó un poco molesto ante la actitud de la mujer. Ella se molestó, y en el mismo tono le respondió.
-vete ¡vete ahora mismo o llamaré a la policia!-
El señor Bacon se asomó por las escaleras y preguntó a su mujer que era lo que pasaba.
-tranquilo, vete a acostar cariño, tú estás enfermo y puede hacerte daño, vete que yo me encargo- El hombre se volvió a su habitación, y la mujer regresó la vista al chico que estaba detrás de la puerta.
-vete o llamaré a la policia ¡no bromeo! así que mejor te vas de una vez- Y dio un portazo, que por poco y le da en la nariz a Drake quién estaba casi pegado a ella. El chico no tuvo más remedio que regresar a casa, quería ver a Valeria, pero era mejor no insistir pues podría provocarle problemas con sus padres, y no quiería que eso pasara. Tuvo que aguantarse las ganas de verla, de sentir sus brazos rodeando los de él, y consolandole, sólo en esos brazos podía sentirse bien en esos momentos, pero no le fue posible. No había caminado ni una manzana cuando unos pasos rápidos se acercaban a él, volvió la vista atrás y ahí venía la chica corriendo y respirando pesadamente luego de la correteada que tuvo que dar.
-por fin te alcanzo, caminas rápido-
-¿te has salido de casa a escondidas?-
-si, unos minutos después de que ella volvió a la habitación, bajé y salí por la puerta de atrás-
-será mejor que vuelvas, o tendrás problemas y no quiero eso. Vamos, te acompaño-
-no volveré-
-pero tendrás problemas-
-no me importa-
-¿estás segura?-
-si. Ahora dime ¿por que has ido a buscarme tan noche?-
-he matado a mi hermano, y he dejado inmovilizado a mi padre- Soltó el chico todo de un solo tajo. Valeria detuvo su caminar, puso la mano sobre el brazo de Drake pues por un instante sintió que las piernas se le doblaban. Ella lo miró y permaneció en silencio.
-¿que no me has escuchado?-
-si, te escuché-
-mi madre era una pu... una prostituta-
-lo sé, y mi padre es un ladrón-
-la sangre de ella corre por mis venas ¿que no entiendes lo que eso significa?-
-si, y por las mías corre la sangre de mi padre-
Permanecieron en silencio, mientras Drake trataba de serenarse. La noche era fría y obscura, él la guiaba por la carretera hacia la salida de Salinas. Después de mucho caminar, preguntó ella.
-¿a donde vamos?-
-quiero huir de los ojos de mi padre, están constantemente ante mi ¡si cierro los ojos sigo viéndolos!. Los veré por siempre. Mi padre morirá, pero sus ojos segurán mirándome y diciéndome que yo maté a mi hermano-
-pero tú no lo hiciste-
si, si lo hice ¡y sus ojos me acusan!-
-No hables así. ¿A donde vamos?-
-Ya casi llegamos, un poco más adentro hay un sauce ¿lo recuerdas?-
-si, lo recuerdo bien-
-las ramas son largas y forman una pequeña tienda que cubre hasta el suelo-
-si, ya lo sé-
-por las tardes cuando hacía sol, tú y James se metían y se escondían ahi dentro-
-¿nos espiabas?-
¡claro que los espiaba! y quiero que vengas ahí adentro conmigo. Quiero que entres conmigo-
Valeria jaló la manga de Drake haciendo que se detuviera. Dijo ella en tono cortante.
-no-
-¿no quieres ir al sauce conmigo?-
-no si estás huyendo. No de esa manera-
-entonces ¿que tengo que hacer? ¡no sé que hacer!-
-¿me escucharás si te lo digo?-
-no lo sé-
-vamos a volver-
¿a donde?-
-pues a casa de tu padre-
La chica tomó del brazo a Drake, y le sonrió infundiendo calma con eso. Un poco más tranquilo, Drake caminó de la mano de Valeria de regreso a casa.
Llegaron, y la luz de la cocina estaba prendida, ahí estaba Lee sentado en una silla, los chicos se acercaron y Drake le dijo.
-ella me ha obligado a regresar-
-pues claro que te obligaría, eso lo sabía-
-él hubiera regresado solo- dijo Valeria.
-eso no lo sabremos nunca- respondió Lee. Y se levantó para ir a ver cómo se encontraba Adam. Unos minutos después estaba de vuelta. -está dormido, duerme tranquilamente- Lee sacó de un cajón una botella de vidrio con una bebida china, la cual usaba sólo cuanto sabía que era necesario. Tomó tres tazas y las sarvió para luego ponerlas en la mesa.
-ya lo recuerdo- dijo Drake. -es tu bebida china-
-si es el "ng-ka-py" tomalo de a poco y saborealo, te servirá para relajarte-
Unos momentos después. Valeria miraba a Drake, y en sus ojos se notaba la culpa atormentándolo, y no soportaba verlo de esa manera, más perdido de lo que nunca antes estuvo. Se decía que no podría ser capaz de ayudarlo, y tal vez nadie sería capaz, la única esperanza para el chico era Lee, si él no lo lograba, nadie más podría ayudarlo. Miraba a Drake, que estaba ausente, sumergido en su dolor y sus culpas, luego volteó la vista a Lee, y le dijo.
-ayudalo Lee, te ruego que lo hagas, sólo tú puedes enfrentarte a las cosas ¡ayudalo por favor!-

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