miércoles, 7 de agosto de 2013

East of Eden - Capítulo #34

Mientras en Salinas.
Drake caminaba junto a Valeria, llevaba los libros de la chica sobre el brazo, y la otra mano la tenía metida en el bolsillo de su pantalón, trataba de ir serio, pero por dentro su corazón latía tan fuerte que hasta le costaba respirar. Valeria iba con las manos juntas y recargadas sobre su abdomen, ella también trataba de no mostrar emoción, pero era evidente que la sentía. Por un buen rato estuvieron en silencio, pero ya casi por llegar a la casa de ella, el silencio se rompió.
-por cierto, pronto será el cumpleaños de tu padre ¿harán algo para celebrarlo?-
-¿tú crees que estamos para fiestas? padre apenas si logra permanecer despierto un rato, y James, bueno él estará tan ocupado en la guerra que dudo mucho que recuerde el cumpleaños de mi padre-
-si, pero tú si estarás aquí, y no todo en la vida es tristeza, ¡deben de haber momentos alegres también! al menos algo pequeño, cómo un pastel, o su comida favorita ¡algo que le haga sentir bien ese día!-
-algo que le haga sentir bien, aún me pregunto si existe algo que logre hacerle sentir bien, y hablo físicamente pues la salud se le está acabando-
-algo debe de desear, si en mis manos está ayudarte a conseguirlo, ¡lo haré!-
-sabes que lo único que puede desear en esta vida ¡es tener de regreso a su amado hijo con él! Desea poder ser feliz, y para eso necesita tener a James a su lado, pero ni tú ni nadie podrá traer de vuelto a mi hermano, sólo él podría decidirse a volver. Mi padre deseaba tanto pasar sus últimos días feliz rodeado de nietos, y tal vez eso ya no pase-
 -¿que hay de tí? tú le podrás dar nietos también-
-jaja yo, soy malo y no merezco tener a una buena mujer ¡el destino de mi vida es la soledad! creo que es poco castigo para todo lo que en verdad merezco-
-no me gusta que hables así, pero por más que trato de hacerte sentir mejor, jamás lo consigo-
-claro que me haces sentir mejor, ¡sé que ahora al menos cuento con una amiga! y los ratos en los que me haces compañía me alegran mucho-
-pues desearía poder hacer algo más por ti, pero no puedo-
-¡creo que le gustaría comer aquel pollo en melón que tanto dice Lee! suena muy apetecible, y de postre el pastel de queso y fresas pues es su favorito, de paso el mío. Si, ese sería un buen cumpleaños-
-pues eso tendrán ¡yo le ayudaré a Lee para que todo quede delicioso!-
-bien, hemos llegado. Nos veremos mañana en clases-
-si, nos vemos mañana ¡y gracias por acompañarme!-


Al volver a casa Drake se encontró con Sam, el alguacil de Monterey, quién platicaba con Adam y Lee, tenían una expresión muy seria, y lo primero que vino a su cabeza fue James. Deseó con todo su corazón que Sam no estuviera ahí para traer malas noticias de su hermano. Llegó y se paró detrás de un sillón en donde estaba sentado Lee, no dijo nada, pero casí al momento Sam se estaba despidiendo.
-bueno, he cumplido con traer lo que correspondía, y con avisar, ahora tengo que volver al trabajo-
-te le agradecemos mucho Sam, gracias por tomarte el tiempo de venir personalmente a avisarnos-
-no ha sido nada Adam, eres un buen amigo. Y también los pondré en contacto con el abogado que se hará cargo de los trámites, estará viniendo en estos días-
-gracias señor, lo acompaño a la puerta- dijo Lee. Ambos salieron de la habitación, y sólo quedaron Adam y Drake.
-¿ha pasado algo malo padre?-
-me temo que si, una noticia que nos ha sorprendido-
Drake no se atrevía a preguntar si tenía que ver con James, y aunque lo dudaba pues Adam estaba tranquilo, no podía dejar de sentirse nervioso.
-ya dime ¿que ha pasado?-
-tu madre, hijo ella se ha suicidado-
-¡a ella!-
-si, aunque no la conociste, creo que debe de dolerte saber que ahora ya no podrás buscarla y hablarle-
-¿así que se suicidó?-
-si, Sam me ha traido una carta, que también servirá cómo testamento, en ella deja escrito que le deja todos sus bienes a tu hermano. No se por qué le ha dejado todo sólo a él, y ni po qué lo decidió. Tal vez quieras leerla, en ella te menciona también, aunque no te deja nada-
-no me importa, su dinero jamás fue algo que me importara, pero si quiero saber que dice sobre mi-
-pues toma, y lee tú mismo-
Drake tomó la carta, la leyó, y el consejo que dejaba su madre parecía entrar directamente a su cabeza, después devolvió la carta a Adam, y permaneció pensativo-
-¿no preguntarás que pasará con su cuerpo?-
-no sé si me importa, no sé que pensar. Creo que voy a la cocina a tomar agua-
El chico fue a la cocina en busca de Lee, necesitaba sus palabras sabias que siempre le hacian tanto bien.
-Lee, no quiero pensar de esa manera, pero es más fuerte que yo, no puedo evitar pensar esas cosas-
-¿de que hablas?-
-pues que cuando mi padre me dijo que ella se había suicidado, lo primero que pensé fue, que no merecía otro final que ese, y luego pensé en que tal vez podría ir a su tumba y pisotearla o escupirla. Pero después leí eso que escribió para mi, y hasta ella misma me decía que tal vez yo podría ser un buen hombre. Traté de ponerme en sus zapatos por un momento, lo mal que debió de sentirse para preferir morir que seguir viviendo así-
-eso fue un acto cobarde, y lo sabes, si muy valiente para decidirse a hacerlo, pero decidió tomar la puerta fácil. Sería su misma conciencia, sus pesadillas, sus peores maldades las que no la dejaban dormir por las noches. Claro que no está bien ir a su tumba y escupirle, pero no está mal si piensas que ella lo tenía merecido, jamás hizo nada bueno-
-pero en el fondo si me duele Lee ¡ha muerto!-
-pues debe dolerte, después de todo es tu madre, la mujer que te dio la vida-
-y la que me heredó su maldad ¡pero mi madre! y no quiero ni siquiera poder pensar en que mi destino será el mismo, el mismo fin que ella. Vivió sola, y murió sola, a nadie le dolerá su merte, nadie la echará de menos ¿y si eso pasa conmigo? ¡no quiero un triste final cómo el de ella!-
-no lo digas ¡yo te quiero! Valeria te quiere, James también, y ¡claro que tu padre! a todos nos dolería tu muerte, y más saber si fuera de esa manera-
-yo ya no sé si James me quiere, y de mi padre no se que creer, tal vez Valeria y tú me aprecian, ustedes sí-
-No culpes a Adam por no  saber demostrarte su amor, es algo más fuerte que él, pero sabes que así es, él te quiere. James, sé que estuvo muy enojado por lo que le hiciste, y en esos momentos en verdad te odió, pero sabes que tiene un corazón tan noble, incapaz de guardar rencores, y menos un sentimiento tan horrible cómo lo es el odio ¡yo estoy seguro que ya te perdonó! Para mi eres cómo un hijo, o tal vez un nieto, te quiero tanto cómo si fueras de mi sangre. Y de Valeria, bueno lo que ella siente por ti, es algo que tú mismo tendrás que decifrar-
-ella me quiere cómo a un hermano, ya me ha dado a entender eso, y se lo agradezo mucho-
-¿un hermano? si, claro ¿tú la quieres cómo a una hermana?-
-yo, pues, cómo sabes no entiendo mucho sobre el amor, no sé distinguir mucho sobre esos sentimientos, sé que la quiero, y que la manera en que la quiero no es la misma que cómo quiero a James, tal vez cómo a una amiga ¡no lo sé!-
-ponte a pensar bien, ese sentimiento se puede distinguir muy fácil, y te aseguro que ella te quiere de esa misma manera, si sabré yo, con sólo mirarlos cerca el uno del otro, hasta tu padre que ya no ve bien, podría notarlo-
-no te entiendo ¿de que hablas?-
-no Drake, esta vez no te lo diré, tendrás que decubrirlo por ti mismo, y cuando lo hagas, verás que una luz de esperanza sigue abierta para ti ¡no trates de mirarlo con los ojos, sino con el corazón!-


Adam se hizo cargo de el entierro de Kate, pues él jamás la odió, y en el fondo sentía pena por la manera en la que murió. Al entierro sólo asistieron Adam, Lee, Valeria y Drake, quién fue más por obligación que por gusto, a la vez le alegraba su muerte, pero también le dolía, estaba tan confundido con esos sentimientos. 

Unos Meses Después...

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