jueves, 8 de agosto de 2013

East of Eden - Capítulo #35 (distinguiendo al amor)

En unos meses las cosas no cambiaron mucho. Adam no estaba peor, pero tampoco mejor, pasaba los días sentado en su sillón y mirando por la ventana, dormía varias veces durante el día, y mientras estaba despierto Lee le leía el periódico, libros, o hasta cuentos. James seguía en la guerra, aunque ya estaba por terminar, eso sería tener de regreso al chico en cada vez menos tiempo, aunque apenas si escribía una carta de vez en cuando, y sólo para decir que estaba bien, no daba detalles, no preguntaba, no compartía nada, sus cartas eran serias y cortas. Drake estaba por terminar los estudios en un par de meses, y había decidido quedarse en la universidad cerca de Salinas, pues no quería alejarse de casa, no había muchas opciones en esa universidad, pero eso no le importaba, estudiaba más bien por Adam, que porque así lo deseara, pues necesitaba estar en casa para cuidar a su padre. James no aceptó el dinero que le dejó su madre, todo lo cedió a su padre, y con el, compraron semillas para sembrar, cultivar en el rancho, ahora si lograr hacerlo el más productivo de Salinas, y de eso se encargaba Drake. Todos los días iba al rancho, supervisaba todo, y ayudaba, se encargaba también de todo el papeleo necesario, a administrar el rancho ahora que era lo que estaba por estudiar. Muy temprano asistía a clases, y ya que Valeria tomaba una clase extra pues se estaba preparando para ser maestra, lo que le tomaría todavía dos años más, llegaba justo a tiempo para acompañarla a casa y llevarle sus libros, otras veces iban a casa, y ella ayudaba a Lee con la comida, los quehaceres, y con Adam, mientras Drake iba hasta el rancho para supervisar y ayudar en lo necesario. Apenas le daba tiempo para hacer tareas, medio dormir y comer. Desde lo pasado con James y lo de Kate, Drake ya no hacía nada malo, ya no causaba problemas, ni tenía malos pensamientos rondando su cabeza, aunque raras veces llegaban a él las ganas de hacer alguna travesurilla y divertirse, pero pronto desechaba de la cabeza esas ideas, sólo se limitaba a hacer una que otra broma a los compañeros, o a los maestros, lo que hacía reír a toda la clase, al menos esas bromas no causaban daño a nadie, y por el contrario hacian reír hasta al más serio.
Una tarde mientras caminaban a casa de Valeria, ambos platicaban de cosas agradables.
-¿sabes a donde me gustaría ir?-
-¿a donde Valeria?-
-a mirar las azaleas que crecen en el río-
-son muy hermosas, recuerdo que las mirábamos cuando vivíamos en el rancho, sólo duraban poco antes de marchitarse, pero eran preciosas-
-pues hace mucho que yo no voy a verlas ¡me gustaría ir!-
-pero sólo florecen en una época del año, y para eso faltan unos meses-
-a, no tengo prisa, puedo esperar ¿pero iremos cuando florezcan?-
-si eso quieres. Los gemelos Steinbeck van en mi clase, ellos vienen desde su rancho y  todos los días pasan por el río, les preguntaré cuando van a salir, y en cuanto lo hayan hecho ¡tú y yo iremos a verlas!-
-si, voy a estar esperando a que ese día llegue con ansias-
-me gusta verte sonreír, te sienta muy bien-
-lo mismo pienso ¡cuando sonries, brillas más que el mimo sol! me alegra verte así-
-sólo contigo me siento así. Y, ¿has recibido carta de James?-
-si, pero no dice mucho, sólo que está bien. Pero tengo que contarte lo que en la última escribió-
-¿que dijo?-
-la recibi la semana pasada. En ella me dice que me deja libre, que ahora sabe que nuestro destino no es estar juntos-
-¿por qué lo habrá hecho?-
-no lo sé. Yo, desde hace mucho deseaba poder comunicarle que lo nuestro tenía que terminar, y si no lo hice fue porque pensé en lo mal que lo debe de estar pasando solo y en ese lugar tan horrible, pereferí decirle hasta que él regresara. Pero, yo deseaba que lo nuestro terminara-
-¿por qué? tú lo has querido desde niños-
-así lo has dicho, lo quise de niños. Y es que a esa edad las cosas se ven diferentes, era nuestro mundo creado sólo con fantasías, pero al crecer, al crecer me di cuenta que quiero vivir en la realidad y no en un mundo inventado y con ilusiones. Con el tiempo me dí cuenta de que no era amor lo que sentía por él-
-¿cómo que no era amor?-
-si, era sólo un espejismo, una fantasía creada por nosotros, pero no amor. El amor lo conocí después, entonces supe distinguir lo que el cariño y el amor son-
-¿cómo que después?-
-si, eso no era lo que yo sentía por James, era cariño, admiración, ternura, pero no amor. ¡El amor lo conocí al mirar más allá de tus ojos!-
-¿quieres decir que me amas a mi?-
-si-
-pero ¡yo no soy bueno!-
-tal vez eso mismo fue lo que más me gustó de ti. Tú cometes errores, no eres perfecto, así soy yo, lo que más me gustó de ti fue eso ¡que te equivocas, haces cosas malas, ¡pero tienes la capacidad para arrepentirte y remediarlas!-
-es irónico lo que dices-
-puedes ser, pero así es. Y no negarás que tú también me quieres-
-ahora que lo dices, y ahora que me pongo a pensar, yo. No sabía distinguir ese sentimiento, creía que era agradecimiento, o un tipo de cariño distinto, y sólo ahora me doy cuenta ¡yo también te amo!-
-eso lo sabía, y ahora al fin podemos pensar en nosotros-
Drake miró a Valeria, no dijo nada más, le sonrió y ella correspondió a la sonrisa. Él tomó su mano tímidamente, entrelazaron sus dedos, y siguieron su camino a casa de la chica, en silencio, pero sin dejar de sonreír.

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