-¡adivina qué!-
-¿qué?-
-las azaleas ya están floreciendo, en un par de días estarán más grandes y hermosas que nunca-
-al fin ¡podremos ir a verlas!-
-si, para el viernes creen que ya habrán florecido por completo-
-entonces sólo debemos esperar unos días-
Así fue, el viernes los gemelos dijeron a Drake que la azaleas estaba grandes y florecientes, en su punto perfecto. Drake salió en medio de las clases, fue a buscar a Valeria y le dijo que era el momento, ambos salieron corriendo a escondidas a casa del chico. Llegaron pidiendo a Lee el almuerzo, y el chino estaba preparado desde tres días antes, cuando llegaron ya todo estaba en la cesta. Adam le dio las llaves del ford a su hijo, y le pidió que manejara con cuidado.
-señor Bell, me alegra verlo tan bien hoy-
-gracias Valeria, he estado tomando un té natural que me han recomendado, y al parecer surge efecto, me siento mejor-
-entonces ¿por que no vas con nosotros padre?-
-no hijo, eso los dejo a los jovenes, además es algo que llevan tiempo esperando, mejor ustedes vayan solos y disfruten su día-
-bien señor Bell, pero luego tendrán que ir usted y Lee con nosotros también-
-si, hay tiempo, si no es en esta temporada, será la otra. Anden y vayan, en vez de estar en clases están aquí ¡no pierdan su tiempo ya!-
-si, ya nos vamos ¡gracias Lee, nos vemos más tarde padre!-
-si, diviertanses chicos-
-aa y Drake, maneja con cuidado hijo-
-si padre, volvemos antes del anochecer-
Ambos salieron de la casa, iban emocionados y felices. Drake condujo el ford hasta lo más cerca del río, bajaron junto con el canasto de comida y un mantel-
-te lo dije ¡son hermosas!-
-si, ya ni las recordaba bien, hace tanto que no venía al río-
-deberíamos de hacer esto más seguido ¡salir y pasarla bien! Drake, la vida debemos de disfrutarla porque sólo tenemos una, hay más que sólo estudiar y trabajar, debes de tener tiempo para ti-
-es cierto, también hay tiempo para divertirse, ¿te gustaría que salieramos más seguido?-
-pues claro ¡eso es lo que digo!-
-entonces así será, te prometo que lo haremos más seguido, quiero complacerte en todo lo que quieras-
Después de un rato, comieron, y se sentaron el la orilla del río, pusieron sus pies sobre el agua, ésta era cristalina, y corría lentamente, haciendo un sonido tan sueve capaz de calmar a un bebé llorando, era más que un arrullo, era un calmante natural. Sin darse cuenta, los chicos estaban ya tomados de la mano, jugueteaban con sus pies sumergidos en el agua, y sus cabezas estaban recargadas una sobre la otra, los latidos de sus corazones parecían hacer el de uno solo, latían al mismo ritmo. No se decían nada, dejaban que sus miradas hablaran por sí solas. La sonrisa que en Drake se dibujaba era la más dulce y pasiva que Valeria había visto, verlo sonreír era el mayor motivo de sus alegrias, y mientras él se arrullaba con el sonido del río, y sonreía tranquilamente, Valeria le hablaba al oído.
-imagino cuando llegue el momento en que tú y yo estemos así, juntos y tomados de la mano y en nuestra cama. Suena a algo común, pero imagino ese día en que ya no tengamos que separarnos, y que al dormir lo hagamos juntos, y siendo nuestros rostros lo último que veamos, ¡y al despertar mirarnos el uno al otro! ¿no crees que esos serán los más hermosos momentos de nuestro día?-
-no lo había pensado, pero si, creo que mirarte antes de dormir, y al despertar ¡ese será mi mejor momento del día!. Tenerte a mi lado será la mayor bendición que podría tener. Valeria ¿en verdad quieres que yo sea el hombre con el que piensas compartir el resto de tus días?-
-pues claro, no imagino mi vida si tú no estás a mi lado ¿o es que tú si?-
-No. Ya no puedo imaginar la vida sin ti, tú eres quién le da sentido a ella, sin ti estaría perdido ¡en verdad!-
-te amo Drake, y nunca me cansaré de haber conocido el amor gracias a ti-
-por favor Valeria ¡nunca me dejes! sin ti, yo no podría seguir, mi mundo se acabaría. Antes no importaba porque no sabía lo que era el amor, pero ahora que lo sé, no quiero vivir sin el. Prometeme que nunca te vas a ir de mi lado, ¡que nunca me vas a dejar de querer aunque sea malo!-
-nunca, nunca lo haré ¡siempre voy a estar contigo! Eres muy bueno, tienes un hermoso corazón, pero me duele saber que todavía no consigo hacer que en verdad te lo creas ¡que aún pienses que eres malo!-
Luego se quedaron en silencio, Drake no dijo nada más, tal vez muy en el fondo comenzaba a creer que si era cierto, que si los de más lo decían era porque era verdad, y él era bueno. Se quedaron serios mirándose a los ojos el uno al otro, y fueron juntando sus rostros hasta unir sus labios en un beso lleno de amor, el primero cómo novios. Para ellos no era necesario hacerlo formalmente, el momento indicado de ser novios llegaría sin planearlo, y si es que había un momento, sin duda el que estaban viviendo era el indicado, un beso podía lograr decir más que mil palabras. Ambos sabían ya, que el amor que sentían era tan grande que duraría por siempre. Después de aquel beso, volvieron a recargar sus cabezas la una a la otra, y siguieron tomados de la mano, viendo cómo se ponía el sol, y el hermoso atardecer. Y con él, llegó el momento de volver, aunque desearían haberse quedado justo cómo estaban en ese momento por el resto de sus vidas.
Al volver a casa, después de haber dejado a Valeria en la suya, Drake se encontró con que había un auto desconocido estacionado afuera. Y en el interior de la casa estaba Lee sentado en un sillón de la sala, serio y preocupado, sus ojos mostraban una profunda tristeza, era una mirada que en Lee tal vez recordaba haberla visto sólo una vez cuando era niño, y sus ojos pequeños estaban hinchados y rojos, tanto que apenas si podía mirarlos. Al ver al chino y su expresión, él lo supo, algo malo debió de pasar, algo muy malo. Casi sin atreverse a preguntar, se acercó hasta Lee, y pudo ver que entre las manos temblorosas del chino había un pequeño sobre blanco.
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