-¡Anne, ven a limpiar estas mesas!-
-ya voy, en un segundo estoy ahí. Vaya que este trabajo es detestable-
-Así es- dijo Drake volteando discretamente.
-eres tú, el chico que ha estado siguiendo a Kate. ¿que haces aquí? Joe me ha dicho que si te vuelvo a ver de nuevo le llame enseguida-
-por mi puedes hacerlo-
-vaya que eres imprudente, él te sacará a golpes de este lugar-
-pues no le tengo miedo, además puedo defenderme-
-no deberías de estar aquí, eres muy joven para estar en un lugar cómo estos-
-no soy tan joven cómo crees, ya tengo 18-
-pues no pareces de esa edad, tal vez tengas 16-
-eso que importa, sé lo que hago-
-si tú lo dices, entonces lo mejor será que te vayas, por tu bien vete de una vez-
-no. Espera, ¿donde está Kate?-
-pues en su oficina-
-y ¿donde está su oficina?-
-allá atrás, al fondo del pasillo-
-será difícil llegar ahí, ¿puedes llevarme?-
-¿donde estás Anne? el cliente quiere que limpies su mesa-
-estoy ocupada, por favor vete-
-no, no sin mirar a Kate, necesito hablarle, por favor ayudame, te lo suplico-
-¿que te pasa? ti mirada es tan, no lo sé. Bien, sigueme, te llevaré, pro más vale que no te metas en líos, o me meterás en líos a mi también, y aunque odio este trabajo, tengo que ayudar a mi madre y a mis hermanos, así que no me puedo dar el lujo de perderlo-
-no, no te meteré en problemas, sólo llevame-
La chica caminó por el largo pasillo, y detrás de ella iba Drake tapándose la cara, y tratando de no ser visto. Anne ponía vasos pequeños en una charola, para disimular, Drake estaba escondido esperando.
-tu la conoces ¿cómo es ella?-
-no lo sé, yo sólo trabajo para Kate, pero casi no hablamos-
-¿es mala?-
-pues tampoco lo sé, es muy sería, y casi no habla-
-dime ¡sus manos! ¿tiene bonitas manos?-
-no lo sé, es que es imposible verle las manos, siempre lleva guantes. ¿Porqué preguntas tanto? Noto en tu mirada un aire de tristeza, hasta siento pena por ti-
-no es nada, se arreglara si puedo hablar con ella-
-muy bien, te llevaré, pero no hagas nada malo-
Anne lo condujo hasta el pasillo, y le indicó cual era la habitación donde se encontraba Kate, cuidó que nadie lo viera entrar, y después regresó a trabajar, estaba preocupada, pues aunque sabía que Drake no quería hacer nada malo, su actitud demostraba que algo malo podía pasar, pero no podía hacer nada más. Drake abrió la puerta tratando de no hacer mucho ruido, era una oficina, había un sillón amplio y cómodo justo frente a la puerta, ahí estaba ella, dormía. Drake se acercó silenciosamente, si hincó frente a su madre, y comenzó a observarla, ella llevaba una bata de dormir, sin nada que cubriera sus rostro ni sus manos. Aunque no era muy mayor, su cabello rubio ya estaba lleno de canas, y su rostro mostraba ya muchas arrugas, sus manos tenían los nudillos de los dedos tan hinchados, eso era debido a la artritis. El cuerpo de Drake podía respirar tranquilamente, había visto a su madre, y su amor de hijo le decía que debía de amar a esa mujer. En ese momento él no pensaba en todo lo malo que pudo hacer ni en el daño que causó a Adam, porque en ese momento ella tan sólo era su madre, la que jamás había visto, la madre que siempre debió de tener. La miraba con dulzura, y sin darse cuenta una pequeña sonrisa se había dibujado en sus labios, era de alegría. Poco a poco Kate iba despertando, mientras Drake no se movía, permanecía quieto, cómo si estuviera himnotizado frente a su madre. Aún cuando ella despertó, y se dio cuenta de que alguien había entrado hasta su oficina, que estaba hincado junto a ella, y mirándola de frente, él no parecía darse cuenta. Pero al notar que la miraba, Drake le dijo.
-quiero hablar contigo, ¿puedo hablar contigo? ¿me dejas?- Aún en su rostro seguía esa sonrisa provocada por la emoción. Kate parecía no reaccionar ante lo que aquel muchacho le decía. Luego de unos instantes pareció darse cuenta de lo que en verdad pasaba, lo miró a los ojos, y por fin de su boca salieron las palabras.

No hay comentarios:
Publicar un comentario