sábado, 22 de junio de 2013

East of Eden - Capítulo #11 (encuentro de Kate y Drake)

Kate comenzó a gritar asustada, llamaba a Joe.  entonces Drake seguía sin moverse, sin apartarle la vista de encima. Kate tan sólo pudo taparse la cara con su brazo, mientras gritaba.
-Joe ¡Joe! ven pronto-
Tardó unos segundos en entrar aquel hombre alto.
-sacalo de aquí, ¡has que se aleje de mi!- Dijo Kate en un tono angustiado.
-Joe lo tomó de los brazos y jaló de él con tanta fuerza que lo tiró contra el piso. El pobre de Drake ni siquiera terminaba de entender lo que pasaba en ese instante, seguía himnotizado frente a su madre, le tomó unos segundos reaccionar, para ese entonces Joe ya lo arrastraba a la salida. Lo primero que hizo Drake fue tratar de detenerse de algo, de un mueble, el marco de la puerta, pero no podía, aquel hombre era mucho más grande y fuerte que él. Al ver que no podía hacer nada, comenzaba a gritar, a llorar, pero no parecía ser escuchado.
-no ¡por favor no me saque! tengo que hablar con ella ¡necesito hablar con ella!-
-¡ya no pongas resistencia! te sacaré a golpes muchacho-
-ayudame, tengo que hablar contigo, no dejes que me saquen ¡tengo que hablarte, dejame hacerlo!-
Kate sólo miraba aterrada lo sucedido, escondida entre la puerta. No comprendía que pasaba con ese chico, el tono de su voz era desgarrador, y al verlo a los ojos, su mirada le dijo algo,  fue cómo retroceder en el tiempo, y sin saber por qué, ese chico le recordó a Charles, el hermano de Adam. Se preguntó por qué él le había recordado a Charles, nunca  desde la última vez que lo miró había vuelto a sus recuerdos, hasta ahora. Eso le daba la respuesta de quién era ese chico, y por qué la necesidad de verla y de hablarle. Aún en el piso, y sosteniendose de un mueble trataba de luchar para que no lo sacaran, el tono angustiado de su voz dejó salir la verdad en sus palabras.
-¿por qué no quieres hablar conmigo? por favor ¡hablame madre!-
Fue lo último que le escucho decir, aún unos instantes antes de escucharlo llamarla madre, Kate lo sabía, aquel muchacho era su hijo. No soportó más mirarlo a los ojos, cerró la puerta de su oficina, y no lo miró más. Joe, cómo se lo había dicho, sacó a Drake a golpes de la casa, aún así no quería irse, estaba en la puerta de la entrada tirado en el piso y suplicando que lo dejaran ver a Kate. Aunque no les gustaba recurrir a él, Joe no tuvo más remedio que llamar al alguacil para que se llevara al muchacho loco que estaba sobre la puerta. No tardó más de unos minutos en llegar, y para su sorpresa se encontró con que aquel chico que estaba molestando era Drake Bell, uno de los mellizos de Adam, y entonces lo entendió todo, aquel muchacho se había enterado ya de la verdad.
-él ha querido entrar, pero cómo no lo hemos dejado porque es menor de edad, pues se puso cómo loco- dijo Joe algo temeroso, pues sabía que lo había golpeado.
-y ¿por qué han tenido que golpearlo? es un  chiquillo-
-bueno es que estaba molestando, y no lo sé, pensé que tal vez quería provocar un pleito aquí adentro, lo tuve que golpear porque se puso violento-
-ya, está bien, yo me haré cargo de él, ahora vuelve adentro.
cuando Joe entró, el alguacil habló con Drake.
-vamos muchacho, tengo que subirte a la patrulla, ellos tienen que ver que te llevo a la delegación-
-no quiero, ¡tengo que hablar con ella!-
-¡basta ya Drake! soy la autoridad y yo mando, tú vienes conmigo- Y así casi a la fuerza el alguacil llevó a Drake hasta la delegación. Ahí curó un poco sus heridas, le sirvió un café, y se sentó a platicar con el muchacho.
-¿para que has ido a ese lugar?-
-si ya lo sabe. Fui para verla, para hablar con ella ¡pero no me lo permitió!-
-Adam, ¿no sabe que fuiste a verla, verdad?-
-no, he venido sin decirle nada-
-no le gustará saber donde estuviste, y menos lo que fuiste a hacer. Su mayor preocupación era que alguno de sus hijos viniera a Monterey, y que pudiera encontrarse con la verdad, ahora tú ya la sabes. Supongo que ya puedo mostrarte esto, es una fotografía de la boda de tus padres, mirala-
Drake miró la foto sin muchas ganas, la devolvió al alguacil, y dijo en tono desconsolado.
-lo sabía, es que no podía ser de otra manera, tenía que ser cierto-
-¿de que hablas Drake?-
-tenía que verla para comprobarlo, si ella es así, ¿que podía esperar de mi? ¡ahora ya no tengo duda de que soy cómo ella!-
-no digas eso, tú eres un buen chico, y me consta, algunas veces eres rebelde y caprichoso, pero eres un buen chico-
-no me conoce lo suficiente, soy malo cómo ella ¡la odio por heredarme su maldad! odio a mi madre ¡y también a mi padre! los odio a los dos ¡yo no debí haber nacido!-
Después comenzó a llorar, eran sentimientos encontrados, odio, rabia, coraje, temor, un gran dolor. El alguacil lo dejó llorar un rato a solas, pues sabía que no encontraría las palabras adecuadas para hacerlo sentir bien, y luego volvió a su lado para llevarlo a casa.
.vamos, ya es hora de que vuelvas a tu casa, no falta mucho para que amanezca, y seguro que no quieres que Adam sepa que no has dormido en casa-
-está bien, ya me iré-
-yo te llevaré, estaré más tranquilo si te miro llegar-
-puedo irme sólo ¡no soy un niño!-
nadie ha dicho eso, hombre, pero quiero verte llegar a casa antes del amanecer-
Así ambos subieron al coche del alguacil, y él lo llevó hasta la puerta de su casa. Todo había estado en silencio, hasta que al bajar, Drake preguntó sin muchas ganas.
-¿usted sabe cómo se conocieron?-
-no, en aquellos tiempos todos iban de aquí para allá, sólo ellos saben donde se conocieron-
-y ¿eran un matrimonio feliz? debieron de amarse pues se casaron, así tenía que ser-
-sé que tu padre estaba loco de amor por Cathy, pero creo que ella no sentía ningún tipo de sentimento por él, ni bueno ni malo. Y no me preguntes por qué se casaron, no tengo idea, él por amor, y ella ¡no lo sé!-
-al menos puedes decirme ¿por qué ella se fue? mi padre debió de hacerle algo-
-no, Adam jamás le hizo nada ¡es un hombre incapaz de lastimar a nadie! no lo juzgues a él, si hay una persona culpable en todo esto ¡esa persona es tu madre, y sólo ella! tu padre es el mejor hombre que jamás he conocido-
Drake entró a casa, miró que Adam estaba ya en la cocina, seguramente pensaba que él aún dormía, no sospechaba que no estaba en casa. Drake miró cómo Adam sacaba del congelador una lechuga envuelta en papel encerado, seguía tan fresca cómo la última vez que la miró. El hombre estaba tan entusiasmado con su nuevo proyecto de vida, y se decía a sí mismo -¡funcionará, sé que esto va a funcionar, así tiene que ser!-
El amor por su padre ya no podía ser más grande, cada vez tenía más motivos para sentirse muy orgulloso de él ¡su padre era el mejor de los hombres! Ahora lo único que pasaba por la cabeza del chico de mirada perdida, era ¡hacer que el negocio de su padre funconara! lo que más deseaba era verlo tan feliz cómo lo miraba en ese momento.
Cathy Ames- Cathy Bell - Kate Ames (mamá de los mellizos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario