Apenas tuvo tiempo de escuchar a los hombres decir que uno de ellos quería ir a la casa de Kate esta noche, y el otro preguntó. -Kate, ¿la esposa de Adam Bell?- A lo que el otro respondió -si, esa misma, nunca he ido, pero es un lugar al que todo hombre alguna vez desea ir.- Se despidió del amigo, y salió. Drake se preguntaba que era lo que querían decir con eso del lugar al que todo hombre alguna vez deseaba ir, y su madre que tendría que ver en todo eso. Después de pensarlo un momento, y al ver que el hombre se había quedado solo, y ya estaba bastante tomado, pensó que debía de aprovechar y sentarse en su mesa e intentar sacarle algo de información. Sin más, se paró frente a la mesa, y le preguntó.
-¿puedo sentarme con usted?-
-no te conozco ¿por qué quieres sentarte conmigo?-
-es que veo que los dos estamos solos, tal vez podríamos hacernos compañía-
-¿invitarás unos tragos?-
¡claro! los que quiera-
pero ¿no eres muy joven para tomar?-
-si. No tomo, sólo me gusta venir a pasar el tiempo, pero yo le invito sus cerveza-
-bien, siéntate-
-gracias. Lo escuche hablar con su amigo antes de irse, le habló de que iría a casa de Kate, ¿me puede decir donde queda?-
-oye, eres casi un niño, no puedes entrar a ese lugar-
no veo por qué, he podido entrar aquí, supongo que ahí también- dijo Drake sin saber en realidad de que lugar hablaba.
-ho no, pero no es lo mismo una cantina que un burdel, ahí no te dejarán entrar si eres menor de edad, y mucho menos en el de Kate-
-¡un burdel! ¿eso era de lo que hablaban?-
-que ¿no lo sabías? no sé para que preguntas-
-no, si lo sabía, olvide lo que dije. Entonces, ¿me dirá cómo llegar?-
-te repito que Kate no deja entrar a nadie menor de edad, de nada servirá que vayas hasta Monterrey-
-pero sólo es curiosidad, quiero ver el lugar, pero no entrar. ¿Me puede hablar de Kate? ¿la conoce?-
-si, he ido al burdel algunas veces, la conozco. Vaya que es una mala mujer, y al mirarla se le nota ¡no se cómo Adam Bell ha podido enamorarse de ella!-
-Adam Bell ¿dicen que es su esposa?-
-si, porque jamás se divorciaron, debes de conocer su historia, en todo Salinas la conocen. Claro está que los mellizos de Bell no la saben, nos tienen prohibido mencionar algo al respecto, tratan de proteger a esos chicos. ¿Tú los conoces? yo nunca los he visto, no salen mucho.-
-no los conozco, pero si he escuchado hablar de ellos. ¿me puede contar esa historia?-
-si, pero no digas que yo te la he contado, me metería en problemas con el alguacil, él es muy amigo de Adam desde hace muchos años, y lo quiere a él y a sus hijos-
-no le diré a nadie, sólo es curiosidad-
-Bien. Ella es el mismo demonio, todos se podían dar cuenta con solo mirarla a los ojos, menos el esposo enamorado. Cuando sus hijos nacieron ella quiso abandonarlos, y al darse cuenta, Adam trató de impedirlo, y cómo resultado de esto ella le disparó al hombro, todo para quitarlo de su camino y huir. La mujer se fue y lo dejó tirado en el piso y muy malherido. El sirviente fue quien le salvó la vida,no sé su nombre, pero es un chino. Él fue por el doctor, y lo curaron, pero si hubieran tardado un poco más en atenderlo, hubiera muerto. Adam no soportó el abandono de su mujer, dicen que parecía un muerto andante, que no se preocupaba ni por sus hijos, el sirviente era quién los cuidaba. Hasta que el difunto Samuel Hamilton le dijo donde encontrar a Kate, pues el pobre todavía creía que su mujer era buena y que una fuerte razón tuvo para dejarlos, y sólo al verlo con sus ojos se dio cuenta de la verdad. Su esposa era ahora la dueña de un burdel de mala reputación, en ese lugar pasan cosas que ni te puedes imaginar. Así fue cómo Adam pudo darse cuenta de que clase de persona era la madre de sus hijos, el la miró una vez, y quién sabe de lo que hablaron, pero jamás se vieron de nuevo. Ahí está, eso es todo. El hombre no quiere que sus hijos sepan la clase de madre que tienen, y por eso les inventó que había muerto-
-Gracias. Entonces ¿me dirá cómo llegar?-
-bien, lo haré, pero no podrás entrar y es lo mejor, ese lugar no es apropiado para un muchacho cómo tú. Toma el tren a Monterrey, al llegar a la estación camina a la izquierda, y unas seis cuadras después está la plaza, ahí bajas otras dos cuadras, y doblas a la derecha, sigues al fondo, y encontrarás esa casa, es la más escondida, es cómo cualquiera casa, pero sabrás que es esa por qué siempre están todas las luces encendidas y se escuchan voces, es de dos pisos y de color café claro-
-muy bien, le agradezco-
-pero ¿ya te vas?-
-si, es tarde y debo volver a casa, buenas noches-
La cabeza de Drake estaba vuelta loca, su madre la dueña de un burdel, que estaba tan cerca de ellos. La mujer que tanto adoraba casi había matado a su padre para huir de él, y lo dejó sin importarle si moría ahí, ¡era mala!. Deseaba ir, pero era ya muy tarde, y tenía que volver a su casa, aunque no quería tenía que hacerlo. Ahora necesitaba ir a ese lugar, y mirar a su madre, tenía que hacerlo lo más pronto posible.
De regreso a casa pudo ver cómo una sombra se asomaba por la ventana, sólo deseaba que no fuera Adam por que entonces tendría problemas. Para su suerte, esa persona era Lee, que al mirarlo llegar salió de su habitación, le abrió la puerta y le hizo señas de que lo acompañara, Drake no tuvo más remedio que hacer lo que el chino le decía, y lo siguió silenciosamente.
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