James y Valeria caminaron a la puerta principal de la fábrica para subir las escaleras y mirar el lugar que estaba llenos de cubos enormes de hielos. Will y Adam seguían platicando sobre el buen negocio que sería sembrar frijoles, pues aunque discretamente Will trataba de hacerle ver que le convenía más ese negocio que las lechugas, pero Adam parecía no entenderlo. Drake volteó a ver la fábrica, y subió por el descargador de hielos, un tipo de resbaladilla grande por donde caían, él también quería mirar la fábrica por dentro, y con saltos gigantes subió en unos segundos. Estaba por prender un cigarrillo, cuando Adam lo miró y le gritó.
-apaga eso Drake ¡esta fábrica está llena de aserrín! ¿es que la quieres incerdiar imprudente?-
Drake enseguida apagó el cigarrillo y lo aventó abajo y cruzó los brazos. A Will le pareció que Adam era demasiado severo con Drake, por cualquier motivo lo reprendía, y lo hacía sentir mal, pensaba para sí mismo ¡pobre chico lo que debe de sentir cada vez que su padre le regaña!. Tratando de justificarlo le dijo a Adam.
-ha sido sin querer hombre, el chico no se ha fijado-
-lo que pasa es que es muy descuidado, no piensa las cosas. ¡Vaya! no logro comprenderlo, por más que lo intento, este muchacho siempre es mi dolor de cabeza. Debería de ser un poco cómo James ¡él si que es mi orgullo! desde pequeño he notado el gran potencial que hay en él. No, con él es tan complicado-
Entraron dentro de la pequeña oficina afuera de la fábrica para firmar unos documentos. Drake abrió la puerta por donde bajan los hielos, se metió, subió unas pequeñas escaleras, y se sentó en el piso, miró a su alrededor, todo estaba rodeado por hielos. Observaba todo el lugar con la mirada, cuando escuchó que Valeria y James subían por las escaleras de la puerta principal, miró que se sentaron en una pequeña banca de madera justo abajo de él, y platicaban de algo muy interesante. Valeria decía a James.
-es cómo te dije, él no quiere a nadie ¿verdad?-
-¿quién, mi padre?-
-no, Drake-
-a él, ya te dije que mi hermano es así. ¿que pasa, es que no te cae bien Drake?-
-no es eso, pero es que él es muy raro, y te he dicho que me da miedo, su forma de mirar hace que me estremezca, él mismo hace que se alejen las personas de su lado-
-lo sé, pero le gusta ser así, y yo lo quiero tal cómo es-
-es natural, se trata de tu hermano, pero no es una persona que logre ganarse el cariño de la gente con facilidad. No sabes cómo me gustaría poder adelantar el tiempo ¿cuando es que podremos casarnos?-
-ya te lo dije, cuando haya terminado mis estudios, y para eso faltan varios años, pero verás que pronto pasarán sin que nos demos cuenta-
-ojalá pasaran ya ¡lo que más deseo es ser tu esposa!-
James recargó su cabeza sobre el hombro de Valeria, y ella comenzó a cantarle cómo lo hacía siempre, a él le gustaba que le cantara mientras acariciaba su cabello o su rostro ¡era el arrullo materno que nunca pudo tener!
-ya imagino cuando tengamos nuestro hijos ¡serás una gran madre! los llenarás de besos, y caricias, de amor-
-cómo deseo que llegue ese momento, en donde estemos en nuestra casa cómo marido y mujer, con nuestros hijos ¡seremos una hermosa familia, feliz y llena de amor!- Te quiero James, ¡te quiero demasiado!-
-y yo a ti querida, ¡te quiero más que a nada en este mundo!-
Y no es que sintiera celos de James por tener a Valeria, pero en momentos así sentía mucha envidia ¡su hermano era amado por una buena mujer! y él, él estaba tan solo, sin nadie que lo consolara, sin un hombro en el cual recargarse y llorar, o dormir, o el arrullo de una mujer cómo el que tenía James junto a Valeria. Momentos cómo ese eran los que lo llenaban de coraje, de odio y de amargura. El odio, uno de los más horribles sentimientos que se pueden tener, y uno de los peores consejeros. Drake con ese sentimiento a flor de piel se levantó bruscamente, y no sabía que hacer, pero sentía que tenía que dejar salir su coraje de alguna manera, lo primero que se le ocurrió fue comenzar a tirar todos los hielos por el descargador, cómo estaban acomodados por hileras y listos para salir, uno tras otro los iba jalando y tirando contra en piso en la parte baja. Al escuchar los ruidos que provocaban los hielos al caer, Adam y Will salieron a ver lo que pasaba, James se levantó y corrió rápido a donde estaba Drake. Abajo Adam le gritaba de manera firme que se detuviera, pero él no parecía escuchar, James trataba de detenerlo, pero cuando una persona está enojada y llena de odio, cuando está descargando todo lo hay que en su interior, tiene tal fuerza que es casi imposible detenerlo a menos que él quiera. Nadie pudo detener a Drake hasta que éste terminó de descargar toda la rabia que tenía guardada, hasta que ya no quedaban más hielos para tirar. Nadie dijo nada, Will se fue apenas pronunciando palabra, Valeria dijo que tenía que volver a casa. Y así sólo quedaron padre e hijos. Drake se sentó sobre los escalones, y permaneció callado, mientras James y Adam tuvieron que limpiar todo ese desorden. Después subieron a su ford, y Adam condujo, todo permaneció en silencio es resto del camino. Al llegar la cena estaba lista ya, Lee sirvió, pero sabía que algo había pasado pues estaban serios y sin hablar una sola palabra. No fue sino hasta después de la cena que alguien se decidió a hablar, y ese fue Adam. Pasaba que cuando alguien hacía algo malo, lo ponía a leer la biblia para tratar de hacerle entrar en razón, siempre era Drake el que debía leerla.
-Dime ¿por que has tirado todos los hielos? ¿es que estabas preocupado por lo que te fuera a decir por no llegar a dormir anoche?-
no, es sólo que tenía ganas de ver cómo caían los hielos-
-veo que te gusta hacerme enojar, que no quieres cambiar tu actitud. Creo que debes de leer unos pasajes de la biblia, para ver si así entras en razón, yo no sé que más puedo hacer para ayudarte-
-yo los leo padre- Dijo James.
-¡no! tiene que leerlos Drake. Anda, toma la biblia y lee-
Drake tuvo que leer, pero lo hizo casi tan rápido que no se entendía lo que decía. Sabía que lo que más odiaba Adam era que leyeran rápido, pues sabía que así no lograban comprender lo que estaban leyendo. Y aunque le pidió a Drake leer con más calma, él leía cada vez más rápido, y miraba a su padre en tono retador, hasta que Adam perdió la paciencia, y enojado le dijo.
-¡basta! se nota que no quieres cambiar. Te gusta ser así ¡eres malo Drake, eres malo!-
-si me disculpan, iré al jardín, Valeria no tarda en llegar y la esperaré afuera- Dijo James algo nervioso. Drake y Adam se quedaron solos, y luego de un silencio dijo Drake.
-ya lo sé, soy malo-
-no me hagas caso hijo, lo he dicho sin pensar, estaba molesto-
-pero es la verdad. Todos heredamos cosas de nuestros padres, sin duda James ha heredado la parte buena de ti. Pero yo, yo heredé la maldad de mi madre. No te culpo, es lo que corresponde a los hijos, heredar lo bueno y lo malo ¡es sólo que yo heredé lo malo!-
-No sé a que te refieres con que heredaste la maldad de tu madre-
-De eso. Ella, mi madre no está muerta cómo nos los has hecho creer ¿verdad?-
-¿que es lo que sabes?-
-lo suficiente, sé que ella no murió, y que se fue cuando nacimos-
-¿cómo te enteraste?-
-lo escuché en la calle, unas personas hablaban de eso-
-así es, ella no murió, se fue cuando ustedes nacieron-
-y ¿por qué se fue?-
-no lo sé, creo que no le gustaba este lugar-
-¿era mala?-
-eso no lo sé, ella era diferente. No puedo juzgarla, además eso fue hace mucho tiempo-
-padre ¿y donde está ahora?-
-eso no lo sé, no la he vuelto a ver-
-¿por qué nos mentiste a James y a mi? no entiendo por qué no decir la verdad-
-creí que era lo mejor, sólo trataba de protegerlos, tal vez no debía pero no me arrepiento. ¿Lo sabe tu hermano?-
-no, hay que evitar lastimarlo, él, bueno sería un golpe muy duro-
-así es, lo mejor será que James no lo sepa-
-cuentame. ¿cómo era, bonita?-
-ya no la recuerdo bien, pero recuerdo que cuidaba mucho de sus manos, tenía muy bonitas manos si. Y su madre tenía artritis, su peor temor era que también le atacara a ella, por eso siempre las cuidaba demasiado-
-Esa cicatriz en tu hombro, de que es?-
-no veo por qué lo preguntas ahora, ya te lo he dicho antes, me la hice en una pelea que tuvimos contra los indios en la guerra-
-A sí ¡claro! ¿que más puedes decirme de ella? ¿su forma de ser?-
-es que ya no la recuerdo, te he dicho que era diferente, fría ¡no era cómo los de mas!-
Un silencio se hizo presente de nuevo, Adam no sabía que decir, cómo hacerlo sin lastimar más a su hijo.
-padre, dime algo. Necesito saber de ella, para saber de mi mismo, necesito saber quién soy ¡necesito respuestas para encontrarme!-
Pero Adam no dijo nada más, bajó la mirada y se quedó callado. Un momento después Drake se levantó enfurecido por la falta de respuestas de Adam, por las mentiras que le dijo, y las verdades que le ocultó, salió a toda prisa sin decir nada.
-¿A donde vas? quiero seguir hablando ¡si te vas ahora ten por seguro que nunca más volveremos a hablar de esto!-
Pero Drake ni siquiera miró hacía atrás, salió de la casa a paso veloz. Al salir al jardín se encontró con James y Valeria. Su hermano le preguntó a donde iba.
-oye, ¿a donde vas? ya es muy noche para que vayas a la calle. Drake ¡responde!-
-que importa a donde voy, estás tú que eres el consentido de mi padre, ¡yo no importo!-
Y se fue hacía al camino para esperar a que pasara el tren, esta vez si estaba dispuesto a hablar con su madre, dejaría de lado sus temores y tomaría valor para hablar con Kate de una vez por todas.
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