Por primera vez volvería a casa después de casi diez años. Papá aceptó que viviera con él, claro con la condición de que estudiara administración, y yo con tal de complacerlo acepté sin dudarlo, y en realidad lo único que deseaba era poder estudiar actuación y canto ¡en la artis't studio! Para llegar ahí pasaría mucho antes de lograrlo, pero era mi primer meta a cumplir. Cuando llegue a casa me encontré con que papá se había vuelto a casar, y al parecer ya desde hacía mucho tiempo. Durante un año intenté ser el hijo modelo, trataba de complacer a papá en todo, estudiaba lo que él quería, no molestaba en absoluto, y trabajaba tocando y cantando en un restaurante para pagar mis gastos, pero con nada podía complacerlo. Era cómo si no estuviera ahí, cuando decidía dirigirme unas palabras era solo para recriminarme algo. Un día decidí acabar con eso y le dije que abandonaría la administración para estudiar música y actuación, su respuesta fue -teníamos un trato, yo te dejaría vivir aquí si estudiabas administración, no esas tonterías que dices. Me temo que no podrás seguir en la casa-
No me importaba, ya era como si no existiera, así que mantuve mi posición firme y me levanté para tomar mi maleta e irme. Alice la esposa de papá intentó persuadirlo pero en esto ni él ni yo cederíamos. Tomé mis cosas y en ese momento salí por esa puerta para no regresar. El orgullo es algo que tenemos en común mi papá y yo, así que él no dijo nada al verme salir, y yo no dije nada más que gracias y adiós. Entonces comencé a vivir la aventura de mi vida, en busca de lograr mis sueños realidad tuve que pasar por muchas experiencias tanto buenas cómo malas. Encontré un departamento pequeño y a buen precio para rentar, por suerte tenía un poco de dinero ahorrado y tendría para vivir unas semanas, la universidad no quedaba tan lejos, y era bueno pues no quería abandonar mis estudios, claro que ahora si me pondría a estudiar lo que en verdad quería en cuanto me fuera posible. Mi vida cambió de un día para otro, ahora vivía solo en un departamento casi vació, y poco después ya estudiaba actuación y música, por las tardes trabajaba estacionando autos en la universidad, y aunque apenas me alcanzaba el dinero ¡me sentía libre! al fin estaba haciendo lo que en verdad deseaba. Pasaron algunos meses cuando decidí ir a mi primer casting, esta vez para la actuación, buscaba quedar en un comercial para tv, y no por gusto sino por necesidad, tenía muchos gastos y pocos ingresos, yo no quería comenzar actuando en papeles secundarios, mucho menos en comerciales, pero el hambre no me dejó otra opción pues ya llevaba más de un mes sobreviviendo con sólo avena, y no es que no me gustara pero hasta cierto punto ya me tenía harto. Para mi buena suerte fui aceptado para formar parte del comercial junto a otras veinte personas, digamos que yo tendría un poco de protagonismo pues sería uno de los actores centrales del comercial. Me pase toda la mañana y parte de la tarde del sábado haciendo fila, para luego pasar y hacer un casting de un minuto, y después esperar de nuevo hasta la noche para saber si era uno de los elegidos.
El lunes a primera hora estaba afuera de los estudios de grabación listo para grabar el comercial. Me dieron un gafete con un número y nombre de la empresa del comercial, ¡luego entré! Era un lugar muy grande, y yo quede impresionado de todo lo que había ahí, podían construir una casa, una escuela, un parque ¡cualquier cosa que se les viniera en gana! Había mucha gente caminando de un lado a otro, todos con prisa, también habían muchos ruidos de diferentes foros de grabación. Todos los actores del comercial debíamos esperar mientras transformaban el foro para convertirlo en una cafetería, ya poco antes de grabar nos daban vestuario, nos peinaban e incluso nos maquillaban tanto a hombre cómo a mujeres, fue un poco incómodo para mi dejar que me peinaran y maquillaran, en realidad solo me quitaron el brillo de la cara ¡pero igualmente fue incómodo! Después debimos repasar los diálogos todos juntos, como un ensayo previo, lugares donde pararnos, cuantos pasos dar, hacía donde voltear, el tono en el que debíamos de hablar, todo se cuidaba detalle a detalle ¿quién diría que para grabar un comercial de un minuto, pasaríamos muchas horas, y después de muchas tomas todas exactamente igual quedarían conformes al fin? Sabía que esto no sería nada fácil, pero cuando se ama lo que se hace, hasta se disfruta la espera. Casi a media noche salí del foro, eso si con la ilusión de volver muy pronto a grabar aunque fuera al menos otro comercial, aunque prefería estar en una película, pero para eso debía de prepararme más en la actuación, lo cuál hacía día a día, siempre daba todo de mis en cada una de mis clases, y debo de admitir que me dejaba llevar demasiado que ya no actuaba, dejaba el personaje a un lado y era yo mismo convertido en el personaje, esto me trajo muchos problemas tanto con mis compañeros cómo con mis maestros. Pero si de verdad quería triunfar no podía seguir en el mismo lugar, un maestro me recomendó irme a hollywood si quería tener una oportunidad de verdad, él me decía que mi talento ere muy grande para desperdiciarlo, y que no perdiera mas mi tiempo. Así que yo no lo dudé ni un instante, y decidí irme en busca de mi sueño pues no tenía nada que perder, nada más que un colchón roto y un mueble viejo en un cuarto sucio.
Para la mañana siguiente tomé mi maleta con algo de ropa, mi guitarra y el poco dinero que tenía ahorrado, con el miedo sobe mis hombros, pero con las ganas enormes de triunfar y la confianza de que lo podría realizar. Y ¡a cumplir mi sueño!
sábado, 23 de agosto de 2014
jueves, 17 de julio de 2014
Un hombre diferente - Capítulo #1
Lo recuerdo muy bien, fue en ese momento cuando todo comenzó a cambiar en mi vida perfecta, que de pronto dejó de serlo.
10 años antes...
Marion mi madre, platicaba con mi padre. Ellos pensaban que yo no escuchaba nada, pero estaba en la habitación de a lado, en el silencio de la noche todo se escuchaba claramente aún cuando tapaba mi cabeza bajo la almohada.
Marion- ¿por qué lo culpas a él? apenas es un niño, y no comprende por qué ya no lo tratas cómo antes, ni siquiera puedes mirarlo a los ojos ¡y él es más inocente en todo esto! Si con alguien tienes que desquitarte, hazlo conmigo-
Marcus- tal vez pienses que lo hago con intención, pero no es así ¡no puedo evitar sentir lo que siento!-
Marion- sabes que tengo que comenzar mi tratamiento, y si las cosas no salen bien tal vez no salga nunca del hospital, ¡te va a necesitar!-
-Marcus- todo saldrá bien, no gastes tus energías por que las vas a necesitar. Es mejor que ya no sigamos con esta discusión, ahora déjame dormir.
Mamá salió de la habitación y se dirigió a la mía, yo me hice el dormido, pero ella se paró junto a mi y me llamó.
Marion- ¿estás dormido pequeño?-
Jared- no mamá ¿pasa algo?-
Marion-hijo, sabes que he estado enferma y tendré que ir al hospital para recibir un nuevo tratamiento, y tal vez esté fuera de casa mucho tiempo-
Jared- pero volverás ¿verdad mamá?-
Marion- haré todo lo posible por volver a tu lado cariño ¡lo que más deseo es estar contigo por siempre!-
Jared- ¿me lo prometes mami?-
Marion- si,te lo prometo-
Jared- bien, prometo portarme bien con papá ¡no voy a cantar ni a leer mientras él esté en casa! no haré nada que haga que él se moleste ¡para que cuando vuelvas a casa esté feliz!-
Marion- gracias hijo ¡eres el niño más bueno del mundo! Ven y dale un abrazo a mamá, y después a dormir-
Le di a mamá un abrazo muy fuerte, me sentía tranquilo pues llevaba meses enferma, y se iba a ir por un tiempo para volver sana y fuerte cómo antes. Por un lado me sentía triste porque se iba y no la vería mientras estuviera en el hospital, pero me alegraba saber que iba para curarse, y que al volver las cosas serían cómo antes, cuando papá me abrazaba y jugaba conmigo, cuando me daba el beso de las buenas noches y me arropaba, y mi mamá volvería a sentirse fuerte, y a sonreír, ya no más tristezas. Me porté muy bien, no le di molestias a papá pues quería que estuviera contento, aunque lo miraba muy poco. La abuela llegó a casa para cuidarme porque papá trabajaba mucho, además quería esta cerca de mi mamá. Hubo días en los que podía entrar hasta su habitación y estar unos minutos a su lado, pero casi siempre estaba dormida o muy cansada para poder hablar. Se miraba mal, estaba pálida y ojerosa, muy delgada y triste ¡yo trataba de darle ánimos! y me regalaba una sonrisa fingida, trataba de mostrarme su mejor cara. Al recordarlo siento dolor, y enojo a la vez ¡yo no comprendía lo que pasaba! ella estaba muriendo y aún así me sonreía, me escuchaba cantar y leerle algunos poemas, hacía todo lo posible para que yo no me diera cuenta de la verdad. ¿Quién iba a pensar que ese abrazo que nos dimos aquella noche sería el último? Tan solo tres meses después de ese día, ella murió. Y ahí comenzó mi nueva vida, yo nunca más pude ser el mismo. Claro que lloré mucho con su muerte, pero más que por su ausencia, lloraba por su abandono ¡ella sabía que era mi única compañía! nadie más que ella lograba comprenderme y conocer mis sentimientos, sabía que papá ya no me quería, que sin ella yo quedaba solo en el mundo ¡y decidió irse! Yo no podía perdonarla por eso, y me sentía muy enojado. Mamá regresó al lugar donde nació, yo me fui con ella en aquel viaje en tren. Papá dijo que iría al entierro unos días después porque tenía asuntos que arreglar, así que se despidió de mi ese día, y me dijo que volvería por mi para el entierro. Yo necesitaba su consuelo, pero no podía dármelo, lo más que pudo hacer, y eso a petición de mi abuela, fue darme una palmada en la espalda y decirme que estaría pronto conmigo. En el camino a Riverside, donde quedaba la granja de los abuelos, el lugar donde ella creció,y a donde iba ella de regreso, yo estuve pendiente de mamá en todo momento, en cada parada de el tren yo iba hasta el vagón donde iba su ataúd y me sentaba a su lado, quería estar seguro de que estaba todo bien, y que ella no se sintiera sola. Llegó el día del entierro y papá no estuvo ahí, en realidad no llegó. Entonces la abuela me dijo la verdad, que yo me quedaría a vivir en casa de los tíos pues ella era muy grande para cuidarme, me dijo que papá me visitaría seguido, pero no pasó ¡no fue a visitarme ni una sola vez!
Pasaron los años, y yo siempre esperaba que en las vacaciones de verano él llegara, pero año tras año era lo mismo, papá seguía ausente. El tiempo se me fue muy lentamente, entre el ganado de la granja, la escuela, las visitas diarias al panteón en las que acostumbraba a llevar mi guitarra y cantarle a mamá, y los montones de cartas enviadas a mi papá, que cuando me di cuenta estaba terminado mi último año de preparatoria, y tenía 18 años ¡era el momento de cambiarle el rumbo a mi vida monótona!...
10 años antes...
Marion mi madre, platicaba con mi padre. Ellos pensaban que yo no escuchaba nada, pero estaba en la habitación de a lado, en el silencio de la noche todo se escuchaba claramente aún cuando tapaba mi cabeza bajo la almohada.
Marion- ¿por qué lo culpas a él? apenas es un niño, y no comprende por qué ya no lo tratas cómo antes, ni siquiera puedes mirarlo a los ojos ¡y él es más inocente en todo esto! Si con alguien tienes que desquitarte, hazlo conmigo-
Marcus- tal vez pienses que lo hago con intención, pero no es así ¡no puedo evitar sentir lo que siento!-
Marion- sabes que tengo que comenzar mi tratamiento, y si las cosas no salen bien tal vez no salga nunca del hospital, ¡te va a necesitar!-
-Marcus- todo saldrá bien, no gastes tus energías por que las vas a necesitar. Es mejor que ya no sigamos con esta discusión, ahora déjame dormir.
Mamá salió de la habitación y se dirigió a la mía, yo me hice el dormido, pero ella se paró junto a mi y me llamó.
Marion- ¿estás dormido pequeño?-
Jared- no mamá ¿pasa algo?-
Marion-hijo, sabes que he estado enferma y tendré que ir al hospital para recibir un nuevo tratamiento, y tal vez esté fuera de casa mucho tiempo-
Jared- pero volverás ¿verdad mamá?-
Marion- haré todo lo posible por volver a tu lado cariño ¡lo que más deseo es estar contigo por siempre!-
Jared- ¿me lo prometes mami?-
Marion- si,te lo prometo-
Jared- bien, prometo portarme bien con papá ¡no voy a cantar ni a leer mientras él esté en casa! no haré nada que haga que él se moleste ¡para que cuando vuelvas a casa esté feliz!-
Marion- gracias hijo ¡eres el niño más bueno del mundo! Ven y dale un abrazo a mamá, y después a dormir-
Le di a mamá un abrazo muy fuerte, me sentía tranquilo pues llevaba meses enferma, y se iba a ir por un tiempo para volver sana y fuerte cómo antes. Por un lado me sentía triste porque se iba y no la vería mientras estuviera en el hospital, pero me alegraba saber que iba para curarse, y que al volver las cosas serían cómo antes, cuando papá me abrazaba y jugaba conmigo, cuando me daba el beso de las buenas noches y me arropaba, y mi mamá volvería a sentirse fuerte, y a sonreír, ya no más tristezas. Me porté muy bien, no le di molestias a papá pues quería que estuviera contento, aunque lo miraba muy poco. La abuela llegó a casa para cuidarme porque papá trabajaba mucho, además quería esta cerca de mi mamá. Hubo días en los que podía entrar hasta su habitación y estar unos minutos a su lado, pero casi siempre estaba dormida o muy cansada para poder hablar. Se miraba mal, estaba pálida y ojerosa, muy delgada y triste ¡yo trataba de darle ánimos! y me regalaba una sonrisa fingida, trataba de mostrarme su mejor cara. Al recordarlo siento dolor, y enojo a la vez ¡yo no comprendía lo que pasaba! ella estaba muriendo y aún así me sonreía, me escuchaba cantar y leerle algunos poemas, hacía todo lo posible para que yo no me diera cuenta de la verdad. ¿Quién iba a pensar que ese abrazo que nos dimos aquella noche sería el último? Tan solo tres meses después de ese día, ella murió. Y ahí comenzó mi nueva vida, yo nunca más pude ser el mismo. Claro que lloré mucho con su muerte, pero más que por su ausencia, lloraba por su abandono ¡ella sabía que era mi única compañía! nadie más que ella lograba comprenderme y conocer mis sentimientos, sabía que papá ya no me quería, que sin ella yo quedaba solo en el mundo ¡y decidió irse! Yo no podía perdonarla por eso, y me sentía muy enojado. Mamá regresó al lugar donde nació, yo me fui con ella en aquel viaje en tren. Papá dijo que iría al entierro unos días después porque tenía asuntos que arreglar, así que se despidió de mi ese día, y me dijo que volvería por mi para el entierro. Yo necesitaba su consuelo, pero no podía dármelo, lo más que pudo hacer, y eso a petición de mi abuela, fue darme una palmada en la espalda y decirme que estaría pronto conmigo. En el camino a Riverside, donde quedaba la granja de los abuelos, el lugar donde ella creció,y a donde iba ella de regreso, yo estuve pendiente de mamá en todo momento, en cada parada de el tren yo iba hasta el vagón donde iba su ataúd y me sentaba a su lado, quería estar seguro de que estaba todo bien, y que ella no se sintiera sola. Llegó el día del entierro y papá no estuvo ahí, en realidad no llegó. Entonces la abuela me dijo la verdad, que yo me quedaría a vivir en casa de los tíos pues ella era muy grande para cuidarme, me dijo que papá me visitaría seguido, pero no pasó ¡no fue a visitarme ni una sola vez!
Pasaron los años, y yo siempre esperaba que en las vacaciones de verano él llegara, pero año tras año era lo mismo, papá seguía ausente. El tiempo se me fue muy lentamente, entre el ganado de la granja, la escuela, las visitas diarias al panteón en las que acostumbraba a llevar mi guitarra y cantarle a mamá, y los montones de cartas enviadas a mi papá, que cuando me di cuenta estaba terminado mi último año de preparatoria, y tenía 18 años ¡era el momento de cambiarle el rumbo a mi vida monótona!...
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